Según Richard Denny, la motivación responde a 10 leyes:
- LEY 1: Para motivar a otros, previamente hay que estar motivado uno mismo.
- LEY 2: Para estar motivado, necesitamos una meta.
- LEY 3: Una vez cumplida la meta, la motivación decae.
- LEY 4: El reconocimiento provoca motivación.
- LEY 5: La colaboración motiva.
- LEY 6: Reconocer los logros individuales, aumenta la motivación.
- LEY 7: Los objetivos solo motivan si se pueden alcanzar.
- LEY 8: Todo el mundo puede ser motivado.
- LEY 9: El sentimiento de pertenencia, motiva a los individuos.
- LEY 10: Los líderes motivan a las personas con sus acciones.
A su vez, la motivación tiene como principal “enemigo”, la falta de confianza. Eso es, todo el mundo puede estar motivado y la falta de confianza es el principal obstáculo. Veamos cómo trabajar en nuestra motivación vital.
Motivación intrínseca
Antes de seguir, considero interesante el estudio que realizó algunas décadas atrás el psicólogo Harry F. Harlow, en el cual mostró algunos datos interesantes referente a la motivación.
Dicha investigación se realizó con ocho monos Rhesus para someterlos a un experimento sobre el aprendizaje. En dicho ensayo, demostró que no solo existía la motivación en forma de recompensa y la motivación por miedo al castigo, sino que también existía una tercera forma de motivación; la motivación intrínseca.
Los investigadores generaron un rompecabezas que requería manipular una serie de elementos para resolver el enigma. Sin estar empujados por ninguna necesidad externa ni animados por ninguno de los investigadores, los monos se pusieron a jugar.
Un tiempo más tarde, fueron descubriendo cómo funcionaba el juego y pudieron resolverlo con relativa sencillez. Ninguno de los investigadores recompensó a los monos.
Lo interesante es que los monos habían resuelto el enigma, sencillamente, porque disfrutaban de hacerlo.
Cuando este mismo experimento se realizó con recompensas (con comida), los monos cometieron más errores y lograron acertar con menos frecuencia. La comida sólo perturbó el rendimiento.
Harlow concluyó que este impulso podía ser tan básico y fuerte como las otras dos motivaciones, e igual de eficaz para facilitar el aprendizaje.
En estudios posteriores, en relación a este experimento, y en este caso, con personas, se demostró que cuando se emplea el dinero como principal recompensa, a largo plazo, la persona pierde interés por la tarea, ya que deja de ser divertida y desafiante.
Tu propósito de vida
Anteriormente, hemos hablado sobre el propósito y es un tema que complementa perfectamente a la motivación, ya que después de todo, es satisfacer aquella parte nuestra que provoca felicidad al jugar, retarnos y desarrollar nuestra propias capacidades.
Si quieres saber más sobre ello, lee el artículo completo.
Es probable que, cuanto más desarrollado tengamos nuestro propósito en la vida, mayor será la motivación interna, y por lo tanto, realizaremos más tareas que nos hagan feliz. Una especie de bola de nieve que crece y crece.
La motivación en el trabajo
Hoy en día esperamos más de un trabajo y no solo buscamos intercambiar tiempo por dinero, sino que, además, esperamos una compensación a nivel emocional.
El trabajo satisface nuestros profundos anhelos de ocupar un lugar en la sociedad o en el grupo en el que vivimos. Aceptando como cierta esta afirmación, cabe preguntarse: ¿Cómo hemos convertido una actividad tan necesaria para el bienestar del ser humano en un castigo?, ¿hemos creado entornos laborales en los que el ser humano no quiere participar?
Inmaculada Cerejido
- La educación con un modelo desfasado (y consecuentemente, crecemos con falta de herramientas para afrontar el mundo real)
- La globalización, el enfoque individualista de la sociedad y la alta competencia
- La falta de pensamiento crítico y de empatía.
Probablemente, estos sean algunos de los motivos por los cuales sea más difícil encontrar motivación en el trabajo, ya que, a veces parece que trabajamos como máquinas y olvidamos de que somos personas; decidimos entrar en una empresa que no nos motiva, lo hacemos porque necesitamos el dinero y, evidentemente, tiempo más tarde, acabamos desmotivados en la vida.
Como hemos visto, para la motivación, es necesario hacer caso a esa motivación intrínseca que todos tenemos y luchar por no olvidar qué nos motiva.
Para lograr la motivación en uno mismo, es necesario hacer un trabajo de introspección. Actividades como la meditación, mindfulness y el coaching pueden ayudar a llegar antes a ese propósito que todo el mundo tiene.
Para lograr la motivación en el trabajo, es de especial importancia estar en una empresa en la que la misión, nos motive. Además, y esto va para los líderes de equipos, es necesario que valoren nuestras prioridades y nuestros logros individuales.
Nuestra motivación
En definitiva, la motivación personal a largo plazo, se sustenta en base a lo que resuena en nuestro interior. El premio ocasional o el dinero, es una gratificación apreciada, pero que a largo plazo acaba siendo insuficiente, ya que acabamos desistiendo en actividades que nos aportan este tipo de beneficios.
Por lo tanto, la mejor opción es averiguar qué nos mueve, para así poder dirigir nuestras vidas hacia aquello que nos mantiene motivados; expandiendo y desafiando nuestras capacidades y viviendo nuestra vida con propósito.
Habilidades frente a las actividades
Según el psicólogo Mihályi Csíkszentmihályi, nuestros objetivos no deben ser demasiado fáciles, ni tampoco demasiado difíciles, de esta manera, el esfuerzo en si, se convierte en una gratificación. Realizando una tarea que se sitúa entre lo complicado y lo sencillo, provoca concentración y satisfacción, y describe esta sensación como el estado de flujo.
En los estados de flujo, disfrutamos del momento y nos olvidamos por un instante de nuestros problemas. Es el caso de un escalador cuando asciende una montaña, cuando un monje medita y cuando un surfista se deja llevar por una ola.
Si realizamos una tarea demasiado difícil, nos frustrará.
Si realizamos una tarea demasiado fácil, nos aburrirá.
Conclusión
Por lo tanto, deberíamos de aspirar a realizar tareas que sean de nuestro agrado y fluir así en la vida, desarrollar nuestro propósito y poner objetivos que ni sean demasiado fáciles, ni demasiado difíciles. De esta manera, fluiremos y nos mantendremos motivados.