Este es el testimonio de Carles, co-fundador del rocódromo articulable, producto que se concibió a raíz de la cuarentena, momento en el cual la opción a entrenar en un rocódromo no estaba sobre la mesa.
Como solución a este problema, Carles junto a su socio Sergi, crearon Alive Climbing, el rocódromo modulable que «se monta como un mueble de Ikea», para acercar la escalada tanto a particulares como a empresas.
Carles reconoce que emprender es un camino lleno de aprendizajes y con desafíos, y nos inspira sus ganas de seguir apostando por su proyecto, a pesar de todas las dificultades.